miércoles, 19 de marzo de 2008

MAGRITTE Y BENEDETTI

Táctica y
Estrategia
EL

Mi táctica es

mirarte
aprender como sos
quererte como sos

Mi táctica es

hablarte
y escucharte
construir con palabras
con puente indestructible

Mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo, ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

Mi táctica es ser franco
y saber que vos sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón ni abismos

ELLA

Mi estrategia es
en cambio
más profunda y más simple

mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo, ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites

martes, 18 de marzo de 2008

TAN NATURAL, TAN SINCERO Y TAN HONESTO, QUE ES REAL


“Tan natural, tan sincero y tan honesto” es el titular que he elegido para describir estos días que me suceden. Y sí, efectivamente me suceden, uno detrás de otro, muy juntos, sin pausa, devolviéndome aquella sensación tan vibrante y excitante como la de contar los días, las noches, las horas, incluso los recuerdos para que no se escapen, haciendo cábalas en silencio, deseando volver a verla una vez más. Y una vez más cada vez. Una detrás de otra, sin pausa, devolviéndome esa sensación tan natural, tan sincera y tan honesta, que es real.

viernes, 7 de marzo de 2008

OTRA OPORTUNIDAD


¿Cuantas veces uno ha sentido el golpe del destino cernirse sobre su vida cercenando un proyecto en marcha? ¿Cuántas, después de un movimiento desafortunado, otro elemento se ha pronunciado de nuevo sobre uno? Y así, hasta completar una solemne lluvia meteórica, “inmerecida”, por nuestra innegable lentitud y falta de entereza para habernos rehecho a tiempo. Y en esos momentos, cuántas veces no hemos gritado con una voz átona y silenciosa un ¡para! Justo en ese borde, justo al filo, justo en el vértice de nuestro propio vértigo deseando descansar, deseando dormitar, para no sentir el sufrimiento que nos aflige la desolación. Y deseando, también buscamos el arrojo que no llega, porque nuestra supuesta ingravidez, sostenidos, suspensos sobre el borde, no nos calma lo suficiente para evitar caer. Y nos entregamos desposeídos. Porque todo ya nos da igual. Sacrificamos el último hálito de vida por una sola causa; mantenernos lo que nos reste dispersos, hasta que algo o alguien nos contenga, nos amarre, nos recoja. Y ese algo o alguien no es más que el deseo de otra oportunidad para empezar de nuevo.

Y volvemos a empezar de nuevo a construir un parecido castillo de naipes, con la eterna ilusión de que esta vez jamás caerá. Y jamás sabremos si ese castillo será lo suficientemente sólido o suficientemente sensible para adaptarse al cambio de los tiempos. Jamás sabremos que sucederá hasta que uno vuelve a intentarlo… de nuevo.

miércoles, 5 de marzo de 2008

¿DONDE ESTÁN LAS ACADEMIAS DE LA IRONÍA?

Visto el panorama actual, ¿no sería correcto incluir una asignatura de educación e introducción a la ironía? Sí, he dicho bien, Ironía; el arte del ingenio, un arte muy alejado de nuestra cultura mediterránea, caliente e irascible. ¿Por dónde se escapó tal noble arte de espadas? ¿Acaso Quevedo y Góngora se las llevaron a la tumba? ¿Fue por esto por lo que el siglo XVIII fue tan brutalmente invisible?

QUEVEDO

Yo te untaré mis obras con tocino(*)
Porque no me las muerdas, Gongorilla,(**)
Perro(***) de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino.(****)

Apenas hombre, sacerdote indino,
Que aprendiste sin christus la cartilla;
Chocarrero de Córdoba y Sevilla,
Y en la Corte, bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
Aunque aquesto de escribas se te pega,
Por tener de sayón la rebeldía.


El arte de la Ironía nos posibilita decir aquello más horroroso o lo más despótico con una gracia tal, que en vez de sumergirnos en las tinieblas más oscuras y pesadumbrosas groserías, nos ofrece un carácter de genio, de imbatible batallador o de afilado y certero arquero, admirado hasta por el más infame de todos, tu enemigo, aquel que soltándote un lance termina el festín con un elogio. Él, ganando el mérito de caballero, y tú, el de genio.

Freud en su obra El chiste y su relación con el inconsciente nos detalla el siguiente chiste que demuestra el poder de la ironía:

- Un noble sale de su castillo para dar un paseo por el pueblo y se encuentra a un joven de admirable parecido al suyo. El noble lo manda llamar, y le pregunta: ¿Ha servido su madre en palacio? Y le responde el villano: “No, pero sí mi padre”. El nombre siguió su camino.

¿Qué otra forma tan brillante es posible en este caso salvo la sutilidad y el ingenio de la ironía? De otra manera, el villano hubierase ganado una somanta de palos, si hubiera contestado bruscamente o con más corazón que ingenio.

En este país entendemos que “libertad” es hacer y decir lo que sentimos en el momento y lugar que nos aborda o desborda el sentimiento, pero ¿no sería más audaz y menos socarrón saber elegir la mejor opción, aquella que no de pié a la lucha sino que la sentencia o sube el nivel? ¿No es acaso la ironía desde la sociología un cinismo necesario y aceptado que allana la convivencia?

Intentemos pensar lo que decimos y se queremos agredir, hacerlo con maestría e ironía.