Emilio Prados y Manuel Altolaguirre han sido condierados siempre como poetas menores de la generación del 27, pero ojo, porque algunos versos, por ejemplo el poema que cuelgo más abajo, bajo mi punto de vista, están a la altura de Lorca, Juan Ramón o Alberti, y si no, contradecirme:
Emilio Prados (España, 1899-1962)
Cerré mi puerta al mundo
" Cerré mi puerta al mundo;
se me perdió la carne por el sueño...
Me quedé, interno, mágico, invisible,
desnudo como un ciego.
Lleno hasta el mismo borde de los ojos,
me iluminé por dentro.
Trémulo, transparente,
me quedé sobre el viento,
igual que un vaso limpio
de agua pura,
como un ángel de vidrio
en un espejo. "
¿Hay alguien que conozcamos que haya descrito el momento de "descorporeización" del ser tan brillantemente? Volvamos a ello;
“se me perdió la carne por el sueño”,
“me quedé interno, desnudo…”
Se abrió la flor y salió mi alma, aquella que se confunde con el mundo incluso con el mismo reflejo de la belleza. Prados nos describe este estado a través de una acción “cerrar la puerta al mundo” aislarse, submergirse dentro de sí mismo. La única forma de llevar a cabo este proceso es a través de una experiencia dolorosa, del sufrimiento mismo, de una necesidad interior. Uno no desea “cerrar su puerta al mundo” sino que lo lleva a cabo por convicción como única salida en un momento dado. Obligado a aislarse, termina encenciéndose por dentro. Desposeido de cuerpo se libera llegando a su estado de “perfección”.
Habiendo leído otro poemas como Posesión luminosa encontramos en la última estrofa:
“Tú -blando marfil de sueño, nieve de carne,
quietud de palma, luna en silencio-,
sentada, dormida en medio de tu cuarto.
Y yo ir entrando igual que un agua serena,
inundarte todo el cuerpo hasta cubrirte, y, entero,
quedarme ya así por dentro como el aire en un farol,
viéndote temblar, luciendo, brillar en medio de mí,
encendiéndote en mi cuerpo,
iluminando mi carne toda ya carne de viento."
Despues de esta estrofa entendemos la importancia de varias palabras que se repitirán una y otra vez en su trabajo poético: Cuerpo, luz, sueño y olvido. El camino que sigue Prados es el de desposesión de la carne, a través del sueño, el olvido o la propia carne cuando lo relaciona con el “sexo” “el cuerpo por el cuerpo”. Una huida contínua del plano materialista, en su búsqueda de la luz/libertad/belleza/amor. Veamos una estrofa del poema Quisiera huir:
Quisiera huir
Estoy cansado.
Un cuerpo padece mi agonía,
un cuerpo o multitudes que mi piel no dispone,
un ser que vive o sueña la altitud de mis límites...
¡Quisiera huir: perderme lejos de su olvido!
Me gustaría haberos contangiado un poco más de la luz de Prados, una luz en muchos contextos rechazada y olvidada que merece relecturas detenidas.
Soren
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